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Revista de ecocardiografía
                                                                          práctica y otras técnicas de imagen cardíaca



















                                                       La pandemia COVID-19 y el mundo de la ecocardiografía



               l 31 de diciembre de 2019 se comunicaron varios brotes de neumonía de causa desconocida que compartían el antecedente epidemio-
               lógico de cercanía a un mercado de animales vivos en la ciudad china de Wuhan. El 9 de enero de 2020 se identificó como causante a un
          E  nuevo coronavirus, que recibiría el nombre de SARS-CoV-2 (1, 2) . Los coronavirus son una familia de virus que tienen una proteína de super-
         ficie que causa prominencias o espinas que recuerdan a una corona en la imagen del microscopio electrónico. La enfermedad quedó oficialmen-
         te bautizada como COVID-19. El día 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia mundial. Desde el inicio de la
         epidemia a la fecha de este resumen se han contabilizado más de 500.000 fallecimientos en el mundo y detectado cerca de 10.000.000 de casos.
         Sin duda, la pandemia ha cambiado y va a modificar muchos aspectos de nuestra vida diaria. El mundo de la Cardiología y, específicamente,
         el de la imagen cardíaca igualmente se ha visto muy afectado por la misma. Nos parece obligado dejar constancia también en nuestra revista
         RETIC de la importante tormenta que nos afecta y dejar por escrito lo que fue, lo que será y lo que es, la influencia de COVID-19 en nuestra vida
         de expertos en imagen.


         COVID-19 y corazón



         El corazón puede verse afectado ya que la lesión cardíaca aguda, el shock y la arritmia están presentes en el 7,2%, 8,7% y 16,7% de los pacientes,
         respectivamente, con una mayor prevalencia entre los pacientes que requieren ingreso en Cuidados Intensivos :
                                                                                         (3)
         •  Enfermedad coronaria y COVID-19. Los pacientes con enfermedad coronaria e insuficiencia cardíaca pueden tener un riesgo particular
            como resultado de la ruptura de la placa coronaria secundaria a la inflamación sistémica inducida por el virus. Los efectos procoagulantes de
            la inflamación sistémica pueden aumentar igualmente el riesgo de patología coronaria. La probabilidad de trombosis del stent es también
            una posibilidad que hay que considerar.
         •  Miocarditis y COVID-19. El virus SARS-CoV-2 puede afectar al miocardio y producir miocarditis. Se han publicado casos esporádicos de
            autopsia que han mostrado alteración del miocardio por células inflamatorias mononucleares. Aunque es una posibilidad poco frecuente,
            puede estar ligada tanto a daño directo del miocardio por el virus, como a un daño secundario a la cascada inflamatoria (4, 5) . El pronóstico es
            bueno y si el paciente sobrevive, se puede recuperar la función miocárdica. Aunque las series publicadas hasta el momento son pequeñas y
            en algún caso está descrita una miocarditis fulminante.
         •  Arritmias y COVID-19. Es uno de los motivos más frecuentes de interconsulta del área de Intensivos a Cardiología en nuestro medio. En 138
            pacientes hospitalizados con COVID-19, las arritmias representaron la complicación principal (19,6%) y muy específicamente en aquellos in-
            gresados en la Unidad de Cuidados Intensivos donde la prevalencia aumentó a 44,4% ; arritmias ventriculares malignas, como la taquicardia/
                                                                        (6)
            fibrilación ventricular (TV/FV) en el 5,9% de los casos. Actualmente, se cree que el daño miocárdico podría representar un factor principal del
            aumento del riesgo arrítmico en estos pacientes, como se demuestra por el aumento de los niveles de troponina. Así en los pacientes con
                                                                    (7)
            estas enzimas elevadas es más frecuente la presencia de taquicardias malignas . Los mecanismos de lesión miocárdica aún están bajo inves-
            tigación, probablemente tengan relación con la infección viral directa, así como con la lesión celular relacionada con la tormenta de citocinas.
            Sin embargo, más de la mitad de los pacientes con arritmias malignas tienen las troponinas normales, por lo que se ha alertado sobre la
            posibilidad de que las arritmias puedan ser un efecto secundario de los fármacos empleados como la cloroquina y la hidroxicloroquina, otros
            agentes antimaláricos, el uso de inhibidores de la proteasa que inhiben la replicación del ARN del virus, o macrólidos como la azitromicina
                                                      (8)
            que, como es conocido, producen un alargamiento del QT .
         •  Daño miocárdico y COVID-19. En series de pacientes hospitalizados por COVID-19 se muestra que una quinta parte tenía daño cardíaco
            demostrado por elevación de la troponina ultrasensible (9, 10) . Estos pacientes eran más mayores, tenían más comorbilidades y tenían cifras más
            altas de leucocitos, proteína C reactiva y procalcitonina. Los pacientes con elevación de troponina tenían una proporción mucho mayor de
            distrés respiratorio (58,5% frente a 14,7%) y una mortalidad más elevada (51,2% frente a 4,5%). Por tanto, los pacientes con troponina elevada
            marcan un grupo de más riesgo de complicaciones.


          RETIC. 2020 (Jul); 3 (2): I-IV                    I
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