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Revista de ecocardiografía
práctica y otras técnicas de imagen cardíaca
Discusión
El diagnóstico diferencial de las formaciones congénitas saculares en el VI,
conocidas en inglés como “outpouchings” congénitos del VI incluyen diver-
tículos ventriculares congénitos (DVI), aneurismas ventriculares congénitos
(AVI), VI de doble cámara, VI accesorio, hendiduras y criptas. No se ha estable-
cido una clasificación única, y estos términos se usan indistintamente, con
terminología confusa (1, 2).
La etiología es muchas veces desconocida. En el caso de DVI y AVI aislados no
apicales, se ha atribuido a un defecto focal de la pared ventricular muscular
debido a una anomalía intrínseca en la embriogénesis . Estas formaciones
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saculares pueden ser adquiridas durante el periodo fetal o neonatal, debido
a una infección viral, anomalías coronarias o vasculitis, lo que puede provocar
una debilidad localizada de la pared del VI con protrusión gradual, debido a
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Vídeo 5. Angiografía selectiva en proyección lateral izquierda a nivel del la alta presión intraventricular .
divertículo que exhibe una contracción sincrónica con el VI y con una
comunicación restrictiva con el tracto de salida del ventrículo derecho El DVI es una malformación congénita rara y es habitualmente un hallazgo
incidental, generalmente asociado a otras malformaciones congénitas, car-
A B díacas o no cardíacas, destacando las malformaciones toracoabdominales,
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asociación ya conocida desde la descripción de la pentalogía de Cantrell .
En un 30% de los casos son aislados. Se encuentran con mayor frecuencia en
el VI, pero todas las cámaras pueden verse afectadas. El DVI tiene como ca-
racterísticas anatómicas un cuello estrecho que se comunica con la cavidad
ventricular e histológicamente está constituido por una pared ventricular
normal y/o predominantemente tejido conectivo. Por tanto, los divertícu-
los podrían clasificarse en tipo muscular y tipo fibroso dependiendo de la
(5).
cantidad de fibras de miocardio involucradas Los musculares contienen
todas las capas del miocardio ventricular y muestran una función contráctil
C D E
sincrónica con el ventrículo. Los fibrosos tienen tejido conectivo compuesto
de reticulina y las fibras musculares son escasas o ausentes, tienen una con-
tracción acinética o discinética y generalmente un cuello más ancho. Para
algunos autores, el tipo fibroso es un seudodivertículo y no uno verdadero, lo
que agrega un elemento adicional de confusión terminológica (1, 2) . Otros au-
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tores los clasifican, en función de su localización, en apicales y no apicales .
Los AVI tienen una base amplia y en términos histológicos carecen de capa
Figura 2. Imágenes combinadas de la angiografía y RM para mostrar la de músculo miocárdico, tienen una sola capa de tejido fibroelástico y exhi-
correlación entre ambos estudios. A: angiografía ventricular izquierda que (1, 3)
muestra el divertículo. B: angiografía selectiva en el divertículo. C: RM en eje ben una expansión paradójica durante la sístole .
corto donde se muestra el divertículo con la presencia de capa muscular.
D y E: visión tridimensional del divertículo en su cara anterior y cara posterior El diagnóstico inicial de sospecha se basa en la ecocardiografía, pero requiere
(AD: aurícula derecha; AI: aurícula izquierda; Ao: aorta; AP: arteria pulmonar; otras técnicas de imagen para ser correcto, aunque el diagnóstico de confir-
DV: divertículo; VD: ventrículo derecho; VI: ventrículo izquierdo) mación es histológico. Entre las pruebas de imagen, la RM ha adquirido un
(1)
papel primordial , siendo una técnica no invasiva, no ionizante y que con-
firma la presencia, tamaño, extensión y la caracterización tisular precisa de
estas formaciones saculares. Las secuencias de sangre negra y las secuencias
de precesión libre en estado estacionario (SSFP) permiten una caracteriza-
ción precisa del tejido. Además, la detección de realce tardío con secuencias
potenciadas en T1 permite el diagnóstico de tejido fibroso o necrótico, y es
muy útil en el diagnóstico diferencial entre divertículos y aneurismas.
Se han reportado pocos casos en la edad pediátrica. En un artículo, se descri-
ben cinco pacientes con presencia de un divertículo anterosuperior del VD,
asociados cuatro de ellos a CIV y otro sin ella, siendo este último caso muy
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similar a los pacientes descritos en este trabajo .
El tratamiento en pacientes sintomáticos es quirúrgico, pero no existen reco-
mendaciones claras en cuanto al tratamiento en los asintomáticos. Algunos
proponen la exclusión o resección para prevenir potenciales complicaciones
como endocarditis, formación de trombos, arritmias y ruptura, mientras que
Vídeo 6. Reconstrucción tridimensional en RM otros proponen una conducta conservadora debido al bajo riesgo de com-
• Casos clínicos 8 RETIC. 2020 (Dic); 3 (3): 6-9